Un viaje no siempre comienza al arrancar el motor: a veces empieza con una mirada, una
canción pirateada, un vaso compartido en la penumbra. Espejo retrovisor recorre rutas de
selva y de asfalto, entre camiones inflamables y bares húmedos y poco iluminados donde
cada encuentro se convierte en chispa y cada noche en frontera.
Viajar aquí es arder, transformarse, mutar con el paisaje y sus personajes errantes. Esta
bitácora fragmentaria es un espejo quebrado en movimiento: lo que se ve, lo que se
imagina, lo que se pierde. Un mapa incendiado de la memoria errante.
Tomás Elizalde Aristía
(Santiago, Chile, 1982)
Restaurador y coleccionista de objetos. Aficionado al billar y a cultivar el jardín. Vive en
Valparaíso.





