Un hombre que sufre una llaga que jamás cierra, un “bicho” cuya identidad de animal es tan informe como un trauma infantil, el porno como una sincera, acaso la más sincera, expresión de amor y un primer amor como una estela de hedor y mugre, las voces inteligentes de animales de escritores que, fieles a su naturaleza de “ánimas”, cuentan otra biografía de sus amos, quizás la verdadera, esa donde la civilización por fin se hace polvo y niebla. Todo ese temblor está aquí, en este libro hermoso y carnal como una herida fresca, en estos siete cuentos que advienen fulminantes sobre nuestras conciencias y nos recuerdan o confirman el gran escritor que es Sebastián Antezana.
Giovanna Rivero