“Reflexionar, re-flexionar sobre ella. Sobre el intento de volverse una misma. Así figura en los diarios íntimos que conservamos, en los manuscritos sueltos que fueron encontrados y en las entrelineas de las cartas que conozco. Y que me han enseñado que debo olvidar mi recuerdo de ella, Christa T. El color del recuerdo engaña.
¿Debemos entonces darla por perdida?
Pues yo siento que se desvanece. En su cementerio de pueblo, yace bajo los dos arbustos de espino, muerta junto a muertos. ¿Qué busca allí? Un metro de tierra encima, luego el cielo de Mecklemburgo, gritos de alondras en primavera, tormentas de verano, tempestades de otoño, nieve. Se desvanece. Ningún oído para escuchar quejas, ningún ojo para ver lágrimas, ninguna boca para responder reproches. Las quejas, las lágrimas y los reproches quedan atrás, inútiles. Definitivamente rechazados, buscamos consuelo en el olvido al que se denomina recuerdo.”
Christa Wolf