El periodista Paulo Guzmán se adentra en la leyenda de Tito Lastarria, figura que hasta el día de hoy reposa dentro de su mausoleo en el Cementerio General de Rancagua luego de ser linchado por una horda de vecinos furiosos por su aparente conexión con las artes oscuras.
La historia fluye alrededor de las creencias criollas propias del valle central con saltos temporales entre la Guerra del Pacífico y la pandemia del 2020, en un intento de hacer entender la fragilidad de nuestras creencias en contraste con la duración centenaria de nuestros mitos y cuentos transmitidos desde la profundidad del campo.
El protagonista de esta historia carga con un peso demasiado grande para él mientras las marchas copan las calles de la ciudad donde creció. En momentos de cambios, experimentará su propia transformación cuando los resquicios que dejaron las brujas chilotas se presenten para usarlo como un arma necesaria y así detener la profecía que augura la caída de la última cruz de plata en el mausoleo de Víctor Lastarria, quien buscará a toda costa deshacerse de los descendientes que lo llevaron hasta su linchamiento hace más de un siglo en la ciudad Rancagua.