Faunario

Faunario, primer libro del escritor antofagastino Tomás Veizaga
(1990), reúne una serie de cuentos breves donde los animales
—y lo animalesco— funcionan como reflejos o extensiones de lo
humano. Lejos del recurso alegórico simplista, los relatos
dialogan con lo cotidiano desde una crudeza contenida, en la
que la fragilidad, la rabia, la ternura y el abandono se
manifiestan con una prosa directa, sin adornos innecesarios.
Con un estilo sobrio y preciso, Veizaga logra narrar pequeñas
escenas de alto impacto emocional, donde la soledad y el
desencanto no son tratados con espectacularidad, sino con
honestidad narrativa. Como señala Diego Muñoz Valenzuela,
estos cuentos retratan una realidad que muchas veces evitamos
mirar, pero que, en su sencillez, nos resulta inquietantemente
familiar.
Destaca el parentesco de este libro con la tradición minimalista
de autores como Raymond Carver y Antón Chéjov, situados aquí
en un contexto profundamente chileno. En palabras de Felipe
Morales Anguita, los animales en Faunario “acompañan la
soledad del otro”, en un gesto similar al que plantea John
Berger en Por qué miramos a los animales: como compañía a la
intemperie de nuestra especie.
El libro cuenta además con ilustraciones de Fabián Rivas Belmar,
que no sólo acompañan el texto sino que generan un
contrapunto visual que intensifica la atmósfera de extrañeza y
lirismo.
Recomendado para lectores que valoran la narrativa breve, el
realismo sutil y la capacidad de una historia bien escrita para
revelar zonas profundas de lo humano.