Enfant terrible de la literatura argentina, Ignacio Anzoátegui (1905-1978), construyó una obra en extremo
mordaz, hilarante e inclasificable. Poeta, activista intelectual del nacionalismo católico, juez, ensayista,
biógrafo burlón y epigramatista vitriólico —«redactaba con estoque» nos alerta el ensayista y prologuista de
este libro Christian Ferrer—, se destacó por publicar una serie de semblanzas y obituarios descarnados sobre
personajes ilustres de las letras, el arte y la política. Este libro reúne por primera vez una amplia selección de
los tres volúmenes donde dio a conocer dichos escritos, en los que repasa más de un centenar de «vidas de
muertos», desde Nerón a Eduardo Frei Montalva y desde Homero a Gabriela Mistral.
IGNACIO B. ANZOÁTEGUI (1905 – 1978)
Nació en La Plata (provincia de Buenos Aires) el 25 de julio de 1905. Cursó sus estudios primarios en su
ciudad natal y los secundarios en la capital argentina, siguiendo luego la carrera de Derecho y doctorándose
en la Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1928 comenzó a colaborar en los principales diarios y revistas
de su patria, publicando desde 1932 los siguientes libros: Romances y jitanjáforas, Vidas de muertos,
Georgina Arnhem y yo, Nueve cuentos, La niña del ángel, Tres ensayos españoles, Genio y figura de España,
La rosa y el rocío, Extremos del mundo, Desventura y ventura de amor y Cielo y Tierra. Obtuvo el Premio
Municipal de Literatura de la ciudad de Buenos Aires y el Premio Nacional de Crítica, Filosofía y Ensayos.
