Escrito entre 2004 y 2010, Cuaderno de deportes es parte de la escasa tradición de la poesía chilena que utiliza el imaginario deportivo para interrogar al presente. Cargados de una fuerte ironía y de una lúcida crítica social, sus poemas son como flechas o disparos al corazón del olimpismo. En ellos desfilan, a la manera de las delegaciones de los países en la ceremonia inaugural de los JJ.OO., diversos personajes, conceptos y valores helénicos y deportivos. Y no lo hacen para indicar su presencia, sino su rotunda ausencia en un presente gobernado por la beligerancia y la derrota moral.
Cuaderno de deportes es un estadio vacío, una tinaja de greda resquebrajada, la sombra de Atlas vencido ante el peso del universo, los rayos de Zeus cayendo como bombas o misiles sobre los cielos de Gaza o de Santiago. Un espacio dual desde el que la poeta transmite, en vivo y en directo, la riqueza de la cultura universal y a la vez su violencia y vacío. Pero lo hace sin pontificar, con un lenguaje reconocible y hasta con sentido del humor. Como si en vez de lamentarse por la extensión de la tragedia, la poeta, resignada, se entregara por momentos a la coreografía del presente con una leve sonrisa socarrona.
Elvira Hernández (Lebu, 1951) ha publicado más de diez libros, entre los que destacan La bandera de Chile (1991), Actas Urbe (2014), Los trabajos y los días (2016) y Pájaros desde mi ventana (2018). En 2018 obtuvo el Premio Nacional de Poesía Jorge Teillier y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, ambos por su trayectoria poética.