En Zerenata confluyen dos lenguajes con un origen común: el poema y la canción. Los versos que componen la obra, en una importante medida, se originaron como letras de canciones, lo que da a este poemario una noción rítmica pocas veces leída y a su vez una dimensión temática sumamente original en el panorama literario nacional.
“Si la canción es un poema, y el poema es la forma musical de la palabra; antes de la música, la canción ya es música. Ese es el precepto que pretende demostrar este cancionero de Felipe Zerené Tabja, al tiempo que reivindica la viabilidad de la canción como expresión popular. Por su tendencia a diferir la pulsión retórica, por su lenguaje llano y directo que emplea formatos flexibles, por su tentativa descarnada de ripios, la canción ha padecido el menosprecio y vilipendio de los académicos ortodoxos. Este libro es una verdadera defensa del lenguaje desnudo.” – Leonardo de León