” En la noche cálida y alumbrada, contra la masa negra del cerro, en una línea diagonal hacia lo alto, subían los cuerpos reintegrados por una noche sola con los ropajes de su sepultación, en una especie de carnaval de señores con ternos, de niñas con vestidos blancos, de damas antiguas con sus trajes largos y de otros más recientes que movían ágilmente sus piernas bajo una sábana. “
pág. 65
En esta novela, breve por la concentración de sus materiales, logran fundirse dos elementos de la buena literatura: la riqueza del imaginario y su lenguaje. La expresión se presenta en niveles tanto oníricos como realistas que, tras el seguimiento de los personajes, terminan confluyendo.
Se proyectan además las luces necesarias sobre el entorno: Santiago de Chile entre 1891 y 1990, a través de la historia de una familia.
“Los caballeros negros es una historia de muertos y de vivos, cuyo escenario real es un cementerio de Santiago, donde se entrelazan los relatos de los personajes del más allá—instalados en épocas diversas—con los aconteceres de personajes del acá cercano, que se enmarcan dentro del contexto histórico social que nos ha tocado vivir.”
Alejandra Basualto
