demasías locuras normalidades puede leerse como protesta contra arrogancias de los manuales diagnósticos y los lugares comunes de las psicologías.
Si prácticas mayoritarias conforman escuelas y modelos de aplicación, clínicas menores desaprenden lo establecido y se declaran inaplicables.
Si prácticas mayoritarias cautivan adeptos y consagran fórmulas que se repiten desapasionadas, clínicas menores bullen en soledades abismadas en lo que ignoran.
Desde que el habla del capital comprende que tiene que gobernar deseos, alienta cuadrículas de sensibilidades clasificadas. Entre las distinciones más resonantes todavía reina la de la neurosis, psicosis y perversiones, completada con sumas de particiones estadísticas. También otras dividen personalidades transtornadas en bordes, psicopatías, fragmentaciones. Y así, muchos encofrados más.
Estas meditaciones sobre demasías locuras normalidades encienden y apagan mojones en lo inconmensurable.
Cada vez, la clínica solicita arrojos que se atrevan a la desposesión de lo ya sabido.