Victoria Ramírez camina por la nervadura de las hojas. Registra las dificultades del camino hacia la luz. A las plantas, así como a los cabellos humanos, no les importa torcerse o deformarse, con tal de lograr la expansión. En este libro observamos la violencia de ciertas formas de vida. Lo dijeron los naturalistas, cuyo fantasma deambula por estas páginas: vegetales y seres humanos compartimos una misma voluntad de reproducción y destrucción.
Cipreses cordilleranos, lúcumos silvestres, jarillas, pasionarias. Quien contempla el ciclo nota su alteración. Por cada vida que leemos imaginamos un espacio equivalente y vacío. Jardines, campos, muros cubiertos de nada. Pero hay escalas –poemas– que no distinguen segundos de siglos. Desde esa grieta nos asomamos a la teoría del polen.
Palabras de María José Ferrada*
Victoria Ramírez (Santiago, 1991) ha publicado magnolios y Alud. Obtuvo los premios Roberto Bolaño y Juegos Literarios Gabriela Mistral. Becaria de la Fundación Pablo Neruda y de la residencia MacDowell (Peterborough, EUA), se ha adjudicado en dos ocasiones el premio Mejores Obras Literarias, en la categoría de poesía inédita.