La ciudad de los cadáveres fue escrita durante 1945, poco después de la
tragedia, y garabateada en los retazos de papel a los que la autora pudo
echar mano en época de escasez. Su primera edición se vio retrasada y mutilada
por los censores de las fuerzas de ocupación, celosos de mantener el
control sobre toda información relativa a los efectos de la bomba atómica. No
sería hasta 1950 que se autorizó su publicación íntegra, versión a la que
corresponde esta primera edición en castellano.
—Juan Luis Perelló
Me conseguí, con la gente de la aldea y la familia donde me hospedaba,
unos cuántos lápices y retazos de servilletas y papel tiznado, arrancado de
puertas y paredes de corredera. Con la sombra de la muerte a mis espaldas,
decidí que podría morir una vez cumplido mi deber de dejarlo todo por
escrito.
—Yōko Ōta