En la fascinante Cartagena de Indias del siglo XVIII se dan cita el esclavismo, la incipiente libertad, el comercio de ultramar y las rencillas por el poder.
La novela transcurre en un contexto histórico tan convulso como el que se vivió en la segunda parte del siglo xviii, momento que antecede a la independencia de las colonias europeas. Piel de ébano nos habla del esclavismo que se irriga por toda la sociedad americana y en especial en Cartagena de Indias, puerto obligado por los tratantes de esclavos.
Las historias están protagonizadas por negras y negros descendientes de africanos, por españoles colonialistas y libertarios, por mulatos y mulatas resultado del inevitable mestizaje, por criollos y criollas entusiasmados por la promesa independentista. Luchan por ser reconocidos en su dignidad, necesitados de la libertad y de la igualdad propagada en francés y traducida al español e incluso a las lenguas africanas aún sobrevivientes.
Por otra parte, las mujeres de esta novela son mujeres guerreras que se niegan a ser las víctimas permanentes de su raza, o peor aún, de su género. Mujeres que no están dispuestas a ceder ante el sometimiento masculino. Ellas también precursoras invisibles de la vieja lucha por los derechos de la mujer.
Es notable cómo Marco Robayo logra entremezclar los personajes de la política y la Corte española con los protagonistas de la novela en Cartagena; su ciudad, sus costumbres, sus calles, sus barrios e iglesias, sus baluartes, sus gentes son fundamentales en las tramas de la novela. Pero sin duda son sus personajes los que encarnan los conflictos humanos, fascinantes y conmovedores.
Guido Tamayo