El Liber amoris es la narración de una pasión y al mismo tiempo un estudio despiadado
sobre los desmanes que causa el amor no correspondido. Publicado de forma anónima en
1824, el libro fue uno de los ingredientes fundamentales en la caída al abismo de su autor.
Documento excepcional sobre la pasión amorosa, y uno de los textos fundacionales de lo
que luego se conocería como autoficcición literaria, esta es la primera traducción al
castellano de esta obra.
La edición se completa con un prólogo de la escritora paquistaní Zeeba Sadiq.
«La más honesta de las confesiones literarias, con su singular falta de vanidad, el Liber
Amoris es el estudio de una mente altamente intelectual perjudicada por un amor
irremediable y no correspondido, una obsesión tan absoluta que la razón y el intelecto
estaban desarmados contra la manía, una mente elevada que no ofrecía inmunidad a las
vulgaridades de las ansias emocionales y los celos».
ZEEBA SADIQ
«No cabe duda de que Hazlitt, el pensador, es un compañero admirable. Es fuerte e
intrépido; sabe lo que piensa y lo dice poderosa y brillantemente. […] Pero además del
Hazlitt pensador está el Hazlitt artista. Está el hombre sensual y emocional, su sentido del
color y de la materialidad, su pasión por las peleas de boxeo y por Sarah Walker, con su
extraordinaria sensibilidad a todas esas emociones que perturban la razón y hacen que a
menudo parezca bastante inútil pasar el tiempo cortando las cosas más y más finamente con
el intelecto cuando el cuerpo del mundo es tan firme y tan cálido y exige tan
imperiosamente ser apretado contra el corazón. Conocer la razón de las cosas es un pobre
sustituto de poder sentirlas. Y Hazlitt sentía con la intensidad de un poeta»
VIRGINIA WOOLF.
WILLIAM HAZLITT (1855-1898) fue un escritor inglés célebre por sus ensayos humanísticos y por sus
críticas literarias. Reconocido como uno de los más grandes estilistas de la lengua inglesa, Hazlitt no fue un observador indiferente, sino que se involucró en la defensa de su postura sin importar el precio, en una época en la que no solo las ideas sino también las cuestiones de estilo tenían relevancia política. Radical durante toda su vida, combinó las ideas de la Ilustración y el Romanticismo para defender la igualdad, la libertad y la autonomía en el arte y en la vida.