Bajo el patrocinio e impulso del entonces obispo Juan Luis Ysern de Arce, diferentes localidades del archipiélago de Chiloé escribieron, entre 1938 y 1986, las historias de su comunidad. Gracias a una metodología de investigación participativa, se elaboraba el Cuaderno de la historia donde los mayores relataban a los estudiantes su origen, costumbres, formas de trabajo, incluso fiestas y juegos.
El propósito más profundo de esta experiencia era generar un sentido crítico para interrogar la historia común; toda la comunidad contribuia en la reflexión de su identidad y los desafios de un futuro marcado por la implementación creciente del neoliberalismo en el acrchipiélago.
En Cuadernos de la historia se compilan por primera vez los primeros seis de un total de quince cuadernos, correspondientes a las localidades de Chonchi, Nalhuitad, Teupa, Notuco, Melleico y Quilipulli.