En el verano de 1910, un colegial llamado Walter Benjamin (1892-1940) se estrenaba
como autor con un cuento titulado «Los tres buscadores de religión», publicado aquí en
castellano por primera vez. Limpia imagen de algunos intereses vitales que lo
acompañarían siempre, el relato fue escrito en la atmósfera de las parábolas bíblicas,
sustituyéndose los desiertos con sus oasis por negros bosques e imponentes montañas
nevadas. Como se muestra en el estudio que escolta al texto protagonista, al margen de
sus constantes y variadas lecturas, buena parte de las intuiciones de estos años provienen
de las meditaciones anotadas en esmerados diarios de viajes campestres con su familia o
amigos, fecunda cantera que permite montar el decorado existencial del joven filósofo.
El autor:
WALTER BENJAMIN (Berlín, 1892-Port Bou, 1940), filósofo alemán. Hijo de una familia
acomodada de judíos asimilados. Ecléctico militante, intensamente interesado en el
problema metafísico del lenguaje. Lector reverente de la literatura francesa, trabajó como
brillante crítico en periódicos y revistas. Tradujo, entre otros, a Charles Baudelaire y Marcel
Proust. Fue amigo íntimo del cabalista Gershom Scholem, del poeta y dramaturgo Bertolt
Brecht y del filósofo Theodor W. Adorno, su único y severo discípulo. Con la invasión
alemana a Francia en la primavera de 1940, huyó de París, donde vivía. Tratando de llegar
a los Estados Unidos, donde se lo esperaba, se piensa que, al sentir que iba a ser
capturado, se suicidó ingiriendo morfina en un pueblo de la frontera catalana.
El traductor:
FEDERICO RODRÍGUEZ (Cádiz, 1983) investiga y enseña en el Departamento de Metafísica
de la Universidad de Sevilla. Ha publicado el ensayo Cantos cabríos. Jacques Derrida, un
bestiario filosófico (2015).
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