En este conjunto de breves e incluso brevísimos ensayos —tan precisos como, en
ocasiones, paródicos de sí mismos y de su propio género—, Cristóbal Joannon propone
una singular revisión de fraseologías, ripios protocolares y convenciones. Lo hace a través
de una prosa siempre convocante, desprendida de datos y conceptos que solo servirían
para morderse la cola, y nunca cicatera ni pegote a la hora de invitar a una especie de
fiesta extraprogramática y melómana, aunque no por eso exenta de complejas cicatrices.
Así, entran en juego personas, personajes, entidades y asuntos tan disímiles como la
ketamina, Montaigne, el optimismo de los paranoicos, Benny the Ball y Mr. Magoo, las
sequías de amor, Chile (o más bien la chilenidad), las viñetas necrológicas, Claudio Lucero,
la expresión «dilo, a nadie le importa» o Nietzsche, en múltiples vueltas de tuerca en las
que campean la curiosidad y el rigor, y donde inevitablemente salen ganando —ni
apocalípticas ni integradas— las ganas.
MARIO VERDUGO
En este libro lo que se ensaya es el movimiento, el paso de una idea a otra, de Pixies a
Epicuro, de la anécdota a la tesis. El lector es invitado a discurrir vacilando de párrafo en
párrafo e imaginando todo lo que queda entremedio.
TRINIDAD SILVA
El autor
Cristóbal Joannon nació en Santiago en 1974. Es autor de los libros de poesía Tabula rasa
(2005), Sumario (2011) y Contra Mosco (2016), y de los ensayos No soy de ningún equipo
(2014) y Sobre mi cadáver (2019). Como traductor ha publicado Heráclito y Diógenes
(2012) de Guy Davenport, Decepciones (2022) de Philip Larkin y poemas de W. H. Auden,
Allen Ginsberg y Peter Porter.