“Uno de mis hijos -Ian, el menor- es fanático de Cobresal. Nunca sabré las razones que lo llevaron a apasionarse con esos coleres. Pero lo entiendo perfectamente, es un club con historia y con ganas, que despierta una gran pasión entre sus seguidores y que representa muy bien a los mineros. Que nació en una época oscura de nuestro país y que tuvo como fin que los mineros dejaran tranquilos a las autoridades de aquellos tiempos, es una verdad irrefutable. Que fueron capaces de crecer, soltar amarras y demostrar que el legado de la dictadura no los afectaría, es otra gran realidad”
Frafmentos del prólogo de Harold Mayne-Nicholls