La concentración verbal y conceptual de estos poemas, los dotan de una carga que
irrumpe en la forma de felices alumbramientos, donde se concentra una idea y una
emoción, una epifanía, o simplemente un ejercicio lúcido y lúdico, en el sentido en que el
juego, cuando es abordado con la seriedad que todo juego reclama y merece, no es otra
cosa que la realidad secreta de la vida, revelada en ese acto en virtud del cual el hombre
se hace niño.
Jugar, en el sentido de hacer algo con alegría, implica a la vez sumergirse en un conjunto
de normas que permite la diversión, y la libertad de quien descubre en ellas el sentido del
vuelo. Así, varias de las anotaciones de este volumen son leídas con el asombro que
descubre la realidad, como el niño que al someterse a las reglas de un determinado juego,
lejos de sentirse limitado, ve en ellas un impulso para su propia creación.
No es casual que “lúcido” y “lúdico” sean palabras compuestas por las mismas letras, pero
ordenadas de una forma diferente. La lucidez implacable de los niños en su lenguaje sólo
puede compararse a la del poeta que vuelve a armar el cielo con los restos de una
mariposa muerta, como quien juega, en serio, a recrear la vida.
Lo lúdico es lúcido: claridad de la gracia, razón de la risa. Poeta y niño. Sentido prístino.
Rafael Rubio Barrientos
Paulo Maluk (Santiago de Chile, 1973) es el heterónimo de Francisco Javier Schain Maluk.
Poeta, autor de los libros inéditos Pan de salmo (2016-2020), Contra ídolo (2015-2021) y
La gracia y la desgracia (2017-2021). Albedrío, escrito entre 2014 y 2020, es su primera
publicación.