«Perteneció a la estirpe de estos contempladores de mirada libre y liberadora, con una conciencia exaltada de
lo real, que no puede sino significar una exaltada conciencia del propio ser, una pasión… La pasión de ver fue
para él una pasión de ser», nos advierte en el prólogo de este pionero libro de reflexión ecológica, el filósofo
Jorge Millas.
Luis Oyarzún (1920-1972), fue un apasionado de la Tierra, un poeta y pensador «al aire libre». Quienes lo
conocieron y leyeron, dan fe de su sentimiento fraternal con el cosmos, de vivir como una criatura entre
criaturas, siempre prójimo y nunca amo absoluto de la realidad y sus seres. Publicado póstumamente en 1973,
Defensa de la Tierra es fruto de esa pasión de ver y de ser «con el mundo» y se constituyó, desde su aparición,
en un lúcido alegato y adelantado manifiesto contra el antropocentrismo y su acción depredadora.
En el centenario del nacimiento de su autor, Ediciones Universidad Austral de Chile ha querido rendir tributo a
una voz y a una obra cuya vigencia —y urgencia— es permanente. A las piezas ensayísticas, prólogo e
ilustraciones originales, esta edición conmemorativa se acompaña con nuevas imágenes y un dossier crítico y
biográfico que sitúa a este libro, de Luis Oyarzún, en un sitial ineludible del pensamiento ecológico en nuestro
país.
LUIS OYARZÚN PEÑA (1920-1972)
Nació en Santa Cruz en 1920 y falleció en Valdivia en 1972. Escritor y académico de connotada trayectoria en el
medio intelectual del país, coetáneo de la generación de Nicanor Parra y Jorge Millas, con quienes entablara
larga amistad desde que se conocieran en el Internado Nacional Barros Arana. Estudió Filosofía y Derecho en la
Universidad de Chile y Estética e Historia del Arte en la Universidad de Londres. Fue decano y académico de la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, y profesor y director de Extensión en la Universidad Austral
de Chile, casa de estudios que honra su memoria legando su nombre al Premio Luis Oyarzún (reconocimiento a
contribuciones destacadas para el logro de relaciones armónicas entre seres humanos y la naturaleza) y al
inmueble patrimonial Casa Luis Oyarzún, que cobija a la Dirección de Vinculación con el Medio de la
Universidad. Su privilegiada pluma se caracterizó por el cultivo de diversos géneros literarios, tales como el
relato, la poesía, el ensayo, la crónica y el diario, donde se reflejaba su exhaustivo conocimiento y profunda
preocupación por la naturaleza.
Destacan, entre otros reconocimientos, el Premio de la Sociedad de Escritores 1940 para poemas inéditos por
Las murallas del sueño, el Premio Municipal de Santiago de Poesía 1958 por Mediodía, y Premio (póstumo)
Municipal de Santiago de Ensayo 1996 por Diario íntimo. Publicó más de una decena de libros y su obra
continúa siendo estudiada, antologada y compilada por destacados escritores nacionales.