Catálogo Ediciones Lastarria 2020
Figura controvertida en la historia de Chile, Diego Portales Palazuelos (1793-1837) es uno de los escasos
políticos que ha legado un adjetivo.
«Portaliano» se llama al régimen que ayudó a construir junto con el triunfo de las fuerzas conservadoras en la batalla de Lircay, el 17 de abril de 1830. La imposición, a sangre y fuego, del orden público por
encima de las libertades personales, dicen sus detractores. De la estabilidad por sobre la anarquía, según sus partidarios. Tales son los juicios opuestos que, al hablar de su figura, sintetizan en sus respectivos ensayos históricos José Victorino Lastarria y Benjamín Vicuña Mackenna, dos liberales que alguna vez militaron juntos en la Sociedad de la Igualdad, pero que el tiempo separó; sobre todo en su disparidad de visiones en torno al poderoso ministro.
Asesinado en el cerro Barón el 6 de junio de 1837, por oficiales sublevados del regimiento Maipo, Lastarria atribuye a su martirio la inmerecida gloria de que goza Portales al momento de escribir su ensayo Don Diego Portales, juicio histórico (1861).
«¿Quién ha podido contradecir su mérito, quién ha podido juzgarlo?», se pregunta antes de iniciar un implacable «proceso» contra la indiferencia política de su juventud, sus manejos comerciales y la persecución sin cuartel que llevó contra sus enemigos una vez que alcanzó el poder.
Por el contrario, en La muerte de Portales y su juicio (1863), Vicuña Mackenna dedica al estadista un panegírico que le lleva a afirmar: «Solo en bronce y de tamaño gigantesco ha podido vaciarse, en un solo conjunto, como se ve en el atrio de La Moneda, tan grande, múltiple y colosal figura».