«Mi papá está llorando dos piezas más allá / lo puedo escuchar / porque nunca hubo puertas». La
hendidura que queda en el borde de un objeto al romperse y el apellido de uno de los personajes a
cuyas vidas nos asomamos en estos poemas constituyen Mella. La experiencia de la ciudad
aparece aquí en medio de sopaipillas, canciones de Leo Dan, cintillos del NO en el parque
O’Higgins, murales de Playa Ancha, radios que no encienden, cuentas sin pagar y niños con «migas
de pan en la cara / que no provocan ternura». A Mella también lo acompañan Denis, un estudiante
de doce años del colegio 286, arrepentido de haberse gastado la plata del gas, y choferes que
trabajan cantando a la Pizarro. Sobre el trabajo de Priscilla Cajales, la crítica Patricia Espinosa ha
señalado que se trata de «una estética de lo menor orientada a detallar gestos, vidas, imágenes de
resistencia cotidiana, desde una palabra desprovista de adornos, directa, íntima y cercana».
Priscilla Cajales (Santiago, 1984) es autora del libro de poesía Termitas (2009). Trabaja en el
proyecto Editorial Hebra y colabora en el suplemento literario Grado Cero.